Hartos de inseguridad miles de celayenses protestan por asesinato de Andrés

Celaya, Gto., a 12 de julio del 2020. Un número aproximado de 5 mil personas en mil 200 vehículos participaron este domingo en la caravana por la justicia y la paz, la cual tuvo su momento cumbre cuando todos los participantes se detuvieron sobre el Bulevar a la altura de la calle de Allende, bajaron de sus automóviles, guardaron silencio y levantaron el puño derecho en alto para exigir seguridad y justicia a las autoridades.

A raíz del asesinato del joven empresario Andrés Fernández Quintana en el ataque al verificentro de la avenida 12 de octubre el viernes pasado, donde además murieron otras 4 personas acribilladas, a través de redes sociales surgió la convocatoria a esta manifestación para exigir a los tres niveles de gobierno el regreso de la seguridad al municipio de Celaya.

La convocatoria citaba el arranque a las 5:30 de la tarde, por lo que antes de esa hora decenas de automóviles comenzaron a acomodarse sobre el bulevar, frente a las antiguas instalaciones de la feria.

“Lo único que queremos es justicia y que regrese la seguridad y la tranquilidad a nuestro municipio. Es un llamado enérgico a las autoridades municipales, estatales y federales para que se pongan de acuerdo y trabajen juntos porque en Celaya nos están matando”, mencionó una de las familiares del joven empresario ejecutado.

Hubo un momento en que fue necesario detener y desviar el tránsito vehicular desde la glorieta de acceso poniente, debido a la gran cantidad de automóviles que se juntó para arrancar en la marcha. Incluso llegaron a ocupar los tres carriles de la avenida.

Cerca de la hora pactada arrancaron debido a la gran cantidad de automovilistas que respondieron a la convocatoria. Algunos coches con 4 o más personas adentro. Avanzaron a paso lento mientras tocaban en varias ocasiones el claxon. Cuando pasaron la calle Allende, antes del puente peatonal de esa zona, detuvieron la marcha, descendieron de los vehículos y guardaron silencio con el puño en alto a manera de reclamo hacia las autoridades municipales, estatales y federales.

No dijeron nada, pero el silencio, los rostros serios y los puños arriba lo decían todo.

Después de algunos minutos reanudaron su marcha, en donde los primeros vehículos ya iban a la altura de la intersección del bulevar y Constituyentes cuando todavía los últimos vehículos pasaban por el mercado Hidalgo en la zona centro de la ciudad.

Cuando los participantes llegaban a la altura del eje nor-oriente, en la salida hacia Apaseo el Grande, rompieron fila para dar fin a la caravana.